El actor, director y dramaturgo falleció el pasado vierns a los 70 años tras luchar como “un titán” con un cáncer en la sangre
En la película Nueva Yol: ¡Por fin llegó Balbuena! (1995) hay una escena en la que Pedro, interpretado por Rafael Villalona, recrimina fuertemente a sus hijos porque éstos se oponen a que su padre acoja en su casa, en Nueva York, a un Balbuena recién llegado, que no tiene para dónde coger. El Pedro que retrata Ángel Múñiz en su exitosa comedia es un hombre recto, responsable y consecuente con sus amigos y familiares. Ése era en gran medida la personalidad real del actor, director y dramaturgo dominicano que falleció ayer en la mañana en la Plaza de la Salud a causa de un cáncer en la sangre.
El actor, que recibió el apoyo del Gobierno en el tratamiento contra la enfermedad, sufrió serias complicaciones provocadas por las sesiones de quimioterapia que recibió posteriormente, afectándole los riñones y los pulmones, según explicó ayer el director y actor de teatro Giovanny Cruz, en conversación telefónica con este diario.
Villalona, siempre de acuerdo a Cruz, había sido internado en la Plaza de la Salud en los últimos días, cuando sufrió las complicaciones que finalmente le quitaron la vida. La noticia de su deceso, que trascendió ayer en la tarde aunque el actor murió temprano en la mañana, entristeció a la clase con la que trabajó durante más de cuarenta años, ya fuera como actor o como director. El mismo Giovanny Cruz se sintió muy triste cuando daba sus declaraciones ayer viernes.
“Rafael Villalona inaugura un nuevo estilo teatral en el país que es el que conecta con la modernidad, es quien construye ese teatro que rompe con lo formal para entrar a una corriente de modernidad. A partir de su regreso de la antigua Unión Soviética es que se crea este movimiento que rompe con todo lo que se estaba haciendo hasta el momento en República Dominicana a finales de los 60”, comentó Cruz.
Una trayectoria sólida
Villalona, un hombre íntegro y respetado por sus colegas, está considerado como el “maestro de maestros” del teatro y así lo avalan muchísimos reconocimientos que recibió el actor en su apreciable trayectoria, como fue el Premio Dúo Taíno, que entrega la Unesco a las personalidades que han realizado un excelente trabajo en pro del arte y la cultura, distinción que recibió cuando era director general de Bellas Artes en el 2004 y el que le otorgó el Ministerio de Cultura declarándolo una Gloria Nacional del Teatro en el año 2010.
Es a partir de los 60 que este destacado artista de las tablas empieza a escribir su gran historia teatral. Como director, según una relación que publicó en internet ayer el escritor y dramaturgo Reynaldo Disla, en 1964 hizo Hughie, de E. O’Neill y Ana Kleiber, de Alfonso Sastre. En el 1969, dirige El daño que hace el tabaco, de Antón Chejov; Los ojos grises del ahorcado, de Rafael Añez Bergés.
De sus últimos trabajos como director, se cuentan Maquiavelo, basada en la obra La Mandrágora, en el 1989; El veneno del teatro, de Rodolfo Sierra, de ese mismo año; Buenas noches mamá, de M. McLuhan (1994), Ópera merengue, de Huchi Lora y el propio Villalona, montaje que contó en el 1992 con el apoyo de la Unesco. Con el Teatro Universitario, entre 1969 y el 1973, dirigió Pirámide 179, de Máximo Avilés Blonda; Over, una adaptación de la novela de Ramón Marrero Aristy; Vietnam... hoy, creación colectiva de 1972 y El entierro, de E. Buenaventura.
En el cine, Rafael Villalona también trabajó en la comedia de Ángel Múñiz, Nueva Yol: ¡Por fin llegó Balbuena! (1995) y en el multipremiado drama de Agliberto Meléndez, Un pasaje de ida (1988). En esas películas dejó una breve pero intensa huella que dibuja muy claramente el talento de este gran hombre del teatro.
Una vida realizada, por lo menos en lo que fue su trayectoria artística que también fue reconocida con los premios El Dorado y El Casandra, mientras recibía el Lifetime Achievement Award del XIX International Hispanic Theatre Festival de Miami, Florida, en el 2004. Para Reynaldo Disla, fue “acreedor de un lugar distinguido entre los directores teatrales latinoamericanos y del mundo, por la profundidad de sus puestas en escena, el trabajo riguroso con los actores y las verdades contundentes que extrae de las obras que escenificó”.
Los restos de Rafael Villalona, que deja viuda a Delta Soto, serán velados hoy en la funeraria Blandino de la avenida Abraham Lincoln, el domingo serán trasladados a Bellas Artes, antes de ser sepultados a las 11:00 de la mañana en el Cementerio Cristo Redentor.
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