La escuela pública y la Tanda Extendida le han resuelto un problema a Jabes y dos a sus padres. El pequeñín ha logrado, gracias a las clases de violín, superar el déficit de atención que afectaba su aprendizaje de matemáticas y lenguaje.
Jabes cursaba en una escuela privada, cuenta Wendy, su madre. Ella, maestra, consultó un sicólogo que recomendó para el niño una terapia basada en manualidades.
En la escuela Café con Leche del Café de Herrera, integrada a la Tanda Extendida, descubrió el violín para felicidad de Jabes, atraído desde siempre por la música.
La vida de Jabes comenzó a cambiar de inmediato.
Pero también la de sus esforzados padres.
Resulta que al sacarlo de la escuela privada e inscribirlo en la escuela pública no tienen que comprar los libros de texto con lo que se ahorran 9,000 pesos, pero tampoco pagar la inscripción ni la mensualidad, con lo que se evitan gastar 30,000 pesos más en el año escolar.
La cosa no termina ahí.
La comida y merienda que recibe Jabes en la escuela significa otro ahorro mensual adicional que, calculado por todo el año escolar, suman otros 30,000 pesos.
Eso quiere decir que la decisión de los padres de Jabes y la Tanda Extendida le significan un ahorro total de 69,000 pesos en el año escolar a esta familia.
Más aún: ese ahorro tiene otro beneficio, con esos 69,000 pesos y el solarcito que les regaló el abuelo, han comenzado a construir su futura casa para dejar de vivir alquilados.
Como se ve, la Tanda Extendida está resolviendo de la manera más divertida, económica y saludable la dificultad de Jabes, permite el ahorro de sus padres y facilita la realización del sueño familiar de tener casa propia.
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