Ing. Félix Díaz Tejada
Ecólogo
El “Pacto de Punto Fijo”
acordado en un renombrado centro turístico de la Región Este de la
Republica Dominicana, entre algunos de los clanes económicos familiares
que monopolizan determinados sectores empresariales e industriales en la
República Dominicana, en contubernio y en obediencia a reconocidos
lobistas como George W. Bush el pequeño, Bill Clinton, Brian Mulroney,
José María Aznar y Álvaro Uribe Vélez, asociados con fuerzas locales
ocultas que bajo un manto mediático y capaces de cualquier cosa, han
tratado de torpedear por todas las vías e impedir que finalmente se
concretice la declaración de Loma Miranda como área protegida en la
categoría de Parque Nacional.
A raíz de los modestos aportes económicos y de asesoría que esta
camarilla realiza en los procesos electorales sucesivos de la Republica
Dominicana, ha logrado maniatar la voluntad y la autonomía de la mayoría
de los presidentes que ha tenido el país en los últimos años, quedando
los mandatarios convertidos en especie de marionetas mediatizadas al
amparo y la voluntad de estos elementos, los cuales se repartieron más
de 495 concesiones mineras en toda la geografía dominicana, monopolizan
los negocios del gas y los combustibles, el cartel de la construcción de
las principales obras estatales, han hecho carroña con los activos del
Estado Dominicano, sin concursos y sin escrúpulos de apariencias.
Sus serviles criollos han ido imponiendo sus reales cuando le
apetezca el pastel, por eso en vez de achicar la burocracia estatal
vemos un festival de creaciones de entidades sin sustentación económica
como no sea la voracidad de estos clanes vampirezcos; las leyes se
aprueban a la medida de estos elementos; no obstante en caso de afectar
los intereses de algún miembro entonces orientan la artillería pesada de
que disponen a través de las fuerzas mediáticas que son de su propiedad
o de socios, incluyendo el alquiler de plumas y el soborno de alto
calibre como medios para sentar sus caprichos; para estos elementos las
leyes solo tienen sentido si le benefician, lo demás le importa un
comino.
Lo peor aun es que dentro de la perdida de rumbo y perspectivas, el
sistema de partidos políticos ha sido tomado como presa, instrumento o
agencias de lobbismo e intercambio de favores por estos señores. Es por
ello que hemos visto a uno que otro parlamentario expresarse sin la más
mínima vergüenza y pudor frente a temas nacionales de altísima
trascendencia, convertidos en defensores de negocios aberrantes desde el
punto de vista soberano y de la equidad que bien debe primar en la toma
de decisiones. Acciones estas que han estimulado batallas campales
entre politiqueros y grupos de facinerosos de la actividad política.
La unidad monopólica que se ha dado en torno a la defensa de Loma
Miranda, a fin de lograr la preservación de este apreciado espacio de la
Cordillera Central, ha triunfado y le ha asestado rudos golpes a
cuantos farsantes y camaleones se habían perpetuado medrando en el
entorno del citado clan o en la búsqueda de posiciones estatales “bien
remuneradas” para los mismos, o peones que a la clara son fichas
representativas de estos carroñeros ambientales, soberanos y económicos
de la Nación Dominicana.
Solo el orgullo y el complejo de poder, ha logrado mantenerle una
cierta esperanza a un miembro de la camarilla, con respecto a Loma
Miranda; forzando una prolongación de la declaración como área
protegida. Impidiendo a toda costa ser vencido, bajo el supuesto de que
entonces pudiera armarse un festival de reclamaciones y retaliaciones de
la población que se siente burlada por estos individuos con respecto a
varias áreas que controlan como el negocio de generación eléctrica, los
minerales, las telecomunicaciones, los combustibles, las importaciones
irregulares, la toma de préstamos por voluminosa cantidad y no pagarlos.
Con Loma Miranda es hora de que desistan de sus planes, porque como
dice la canción del cantautor Amaury Pérez Vidal: “No lo van a impedir
las bandoleras, ni el letrado galán de poco vuelo, ni inquisidores ni
aguafiestas, ni eternos sembradores de veneno. No lo van impedir los
enemigos ni atentos deportistas alabados, ni burócratas tiernos ni
podridos, ni herederos ni apóstoles cerrados. No lo van a impedir que
vaya al cielo, ni reyes del honor ni periodistas, ni antiguos
comediantes ni embusteros...”, a pesar del otoño triunfaremos,
triunfaremos.
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